miércoles, 29 de septiembre de 2010

CRISTIANISMO Y SOCIALISMO


El nuevo socialismo cristiano que avanza con fuerza en Latinoamérica, y también como una nueva corriente de pensamiento teológico en el mundo entero, demanda un ejercicio vivo y dinámico no solo de fe, sino también de razón.
Es absurdo creer que para abrazar el pensamiento y sentimiento socialista cristiano no se necesita de “cabeza”, más bien todo lo contrario.
El análisis de los textos bíblicos a la luz de sus contextos (histórico, cultural, social, político, et...), el análisis de la realidad social y sus relaciones estructurales y coyunturales, demandan de una elemental capacidad de análisis y critica... cosa que los defensores de la “fe” temen hasta ahora ejercitar.
La derecha política, siempre ha contado con la teología espiritualista y desencarnante de las elites religiosas, quienes a cambio de poder (económico o social) han adaptado, construido y promovido dogmas, tradiciones y formas culticas.
Las elites políticas siempre han necesitado de la religión para sostenerse en el poder, y para mantener el Estado en su estado tradicional de enriquecimiento de unos pocos a costa del sacrificio de los muchos.
Lo que propone el socialismo cristiano es que la religión popular, la fe del pueblo, sea una fe inteligente, humana, encarnada, que sin perder de vista el Reino de Dios que ha de venir, intente disfrutar del Reino de Dios que ya está aquí entre nosotros, y que podemos hacerlo más visible en la medida de nuestra practica y compromiso con la justicia social, la libertad y la igualdad.
El socialismo cristiano no es igual que el socialismo marxista o leninista, estos erraron al desechar a Cristo y a Dios. El socialismo cristiano construye su filosofía y asume compromisos partiendo del fundamento de la fe en Dios, y de su seguimiento cotidiano a la ética que Cristo enseñara.

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