miércoles, 29 de septiembre de 2010

UNA FE ENCARNADA


Intentemos ubicarnos en el contexto de la historia viejo testamentaria. Allí encontramos a Abraham (padre de la fe) que junto a su esposa Sara, deciden tener un hijo (por supuesto luego de la necesaria relación sexual) con su esclava Agar.
También podríamos mirar a Jacob, y sus dos mujeres, hermanas la una de la otra.
Nos encontraríamos con David (y aunque obvie su “amor especial por Jonathan”) y sus varias esposas; así como con uno que otro profeta en las mismas condiciones.
Obviamente el “modelo de familia”, y la práctica sexual, estaba guiada por otros parámetros distintos a los que ahora se los defiende como inmutables.
Y sin embargo ninguno de los teólogos actuales o predicadores podrían cuestionar la relación positiva que tuvieron estas personas con su Dios, y la influencia que su fe ejerció en su comunidad.
Hoy se cuestiona la valides de la fe no solo de aquellos que han optado por una vivencia sexual en concordancia con su genética, o su psiquis, o su libertad por decidir. Se cuestiona también la fe de quienes siendo heterosexuales, y manteniendo una vida familiar estable y cristiana, nos sentimos cristianamente incapaces de juzgar a aquellos.
Sobre el modelo de familia fundamentada en el matrimonio heterosexual aparentemente contribuiría al desarrollo social, cultural, y económico de Occidente, aunque en la práctica, buena parte de estos matrimonios aparentemente “monógamos y heterosexuales”, sigan manteniendo relaciones sexuales fuera de él, y para disgusto de unos cuantos, aun a costa de prostituir a aquellos que farisaicamente juzgan.
Creo que es hora de encarnar nuestra fe. De revisar aquellas premisas que tradicionalmente han sido consideradas como valederas y verdaderas... el avance de las ciencias nos obliga a aquello, y el amor de Dios por toda la humanidad debe ser lo que nos impulse.

CRISTIANISMO Y SOCIALISMO


El nuevo socialismo cristiano que avanza con fuerza en Latinoamérica, y también como una nueva corriente de pensamiento teológico en el mundo entero, demanda un ejercicio vivo y dinámico no solo de fe, sino también de razón.
Es absurdo creer que para abrazar el pensamiento y sentimiento socialista cristiano no se necesita de “cabeza”, más bien todo lo contrario.
El análisis de los textos bíblicos a la luz de sus contextos (histórico, cultural, social, político, et...), el análisis de la realidad social y sus relaciones estructurales y coyunturales, demandan de una elemental capacidad de análisis y critica... cosa que los defensores de la “fe” temen hasta ahora ejercitar.
La derecha política, siempre ha contado con la teología espiritualista y desencarnante de las elites religiosas, quienes a cambio de poder (económico o social) han adaptado, construido y promovido dogmas, tradiciones y formas culticas.
Las elites políticas siempre han necesitado de la religión para sostenerse en el poder, y para mantener el Estado en su estado tradicional de enriquecimiento de unos pocos a costa del sacrificio de los muchos.
Lo que propone el socialismo cristiano es que la religión popular, la fe del pueblo, sea una fe inteligente, humana, encarnada, que sin perder de vista el Reino de Dios que ha de venir, intente disfrutar del Reino de Dios que ya está aquí entre nosotros, y que podemos hacerlo más visible en la medida de nuestra practica y compromiso con la justicia social, la libertad y la igualdad.
El socialismo cristiano no es igual que el socialismo marxista o leninista, estos erraron al desechar a Cristo y a Dios. El socialismo cristiano construye su filosofía y asume compromisos partiendo del fundamento de la fe en Dios, y de su seguimiento cotidiano a la ética que Cristo enseñara.

martes, 27 de abril de 2010

¡! VIVA CRISTO REY ¡!


Esta fue (y al parecer sigue siendo) la consigna de gente que imbuida de soberbia y prepotencia, se atribuyeron (y se atribuyen) el papel de “mensajeros” de Dios; de “defensores de la Verdad”… cruzados de todos los tiempos, defendiendo con criminal ignorancia, los despojos de herencias mal habidas, o la utópica honra de abolengos y apellidos.
“Hijos de Dios”, “raza escogida”, “etnia pura”, “nación selecta”; han abrazado conceptos anti racionales y anti sociales, anhelando el reestablecimiento de reinos ancestrales que fueron superados por la evolución propia de las sociedades que buscan su desarrollo.
¡! Viva Cristo Rey!! , gritaban (y gritan), mientras atropellan la libertad que posee todo ser humano: libertad de pensar, de hablar y de actuar conforme a su conciencia y libre decisión.
¡!Viva Cristo Rey!!, clamaban (y aun claman), mientras crujen sus dientes llenos de odio, y violencia, en contra de otros seres humanos; odio, y violencia, generados por el simple “pecado” de ser o pensar diferente a sus “elegidas” y “beatificadas” personalidades.
¿A qué Cristo proclaman?
¿A qué Cristo dan vivas?
Seguro e indudablemente que no es al Cristo de los evangelios, ni al Cristo histórico.
Ese Cristo que nace pobre, siendo parte de un pueblo oprimido y esclavizado.
Un Cristo de piel morena, y rostro ni europeo, ni gringo.
No proclaman estos “cruzados modernos” al Cristo de los evangelios, ese Cristo que sirve a los pobres, y condena a los ricos, convocándolos a su conversión, referente a sus posesiones y a su indiferencia hacia los humillados.
El Cristo de los Evangelios, redime a aquellos que son excluidos y humillados por los lideres religiosos de su época, por los “sabios” y “doctos”.
El Cristo de los Evangelios trasciende los conceptos y estereotipos socio religiosos, que una minoría soberbia había implantado como verdad absoluta.
En la “ideología” de aquellos ( al igual que la de estos), se creían descendientes de “linaje escogido”, “únicos” interpretes de la “única” Palabra de Dios. Hacían de todos los demás “gentiles, pecadores, rechazados de la gracia de Dios.
El Cristo de los Evangelios hace de la especie humana una sola familia, y a tod@s “hijos del mismo Dios”.
El Cristo histórico derriba el machismo (expresión de cobardía e ignorancia) impuesto por la clase dominante. El mismo machismo que ahora los que invocan a “Cristo Rey”, se esfuerzan por mantenerlo vigente, no solo dentro de la estructura de la religión que los bendice y los bendijo, sino en la misma sociedad que pretenden gobernar, reduciendo la dignidad de la mujer a su capacidad de “parir”.
Si, que ¡!Viva Cristo Rey!!, pero ese Cristo que se opuso a toda forma de humillación y opresión.
Que Viva ese Cristo que se identifico con los pobres y excluidos, con los pecadores y publícanos.
Que viva ese Cristo que jamás rechazo a persona alguna, sino que convocó y convoca a todos al mismo amor del Dios que el nos revelo como Padre.


¡!Que viva Cristo Rey!!, aquel que fue asesinado por los que vieron en el un peligro, una sedición, una revolución.
¡!Que viva Cristo Rey!!, resucitado, y hecho Señor de la Historia, y con su ejemplo y espíritu nos guía a una muchedumbre a vivir en amor y fraternidad universal, sin exclusiones religiosas, económicas o sociales.
Es este Cristo que una vez mas nos impulsa al punto de cambiar la historia, la nuestra primero, y luego la del pueblo donde vivimos.